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Guerra de los chips: China acelera y sacude a fabricantes de EE.UU.

La capacidad de cómputo que brindan los microprocesadores juega un rol clave para el futuro y las principales potencias del mundo se enfrentan de una manera cada vez más abierta.

La capacidad de cómputo que brindan los microprocesadores juega un rol clave para el futuro y las principales potencias del mundo se enfrentan de una manera cada vez más abierta.

En una iniciativa inesperada que tuvo gran impacto, a mediados de abril se conoció que las autoridades chinas ordenaron a sus compañías de telecomunicaciones que dejaran de utilizar microchips extranjeros en sus redes domésticas.

Al conocerse la noticia, las acciones de Intel y AMD, las principales compañías estadounidenses de microprocesadores, se hundieron alrededor de un 5 por ciento.

Para las anteriores empresas y otras como QualcommBroadcom y Marvell, China es un mercado clave: un informe de S&P Global reveló que, el año pasado, China representó el 30% de las ganancias de los 10 principales fabricantes estadounidenses. En contrapartida, sus negocios en el territorio de EE.UU. solo representaron el 25% de las ganancias.

Anteriormente, China ya había comenzado a impulsar la utilización exclusiva de chips de producción doméstica en su industria de autos eléctricos, que viene acelerando su expansión a nivel global.

China agranda su mercado

A causa del crecimiento de su industria y la creciente sustitución de elementos importados, la producción de semiconductores en China (que abarca tanto microprocesadores como chips de memoria y otros) tuvo un salto del 40% en el primer trimestre de 2024.

La información difundida por el organismo nacional de estadísticas de China indica que el rápido crecimiento se debió, en parte, a la fuerte demanda de otros sectores de la economía, como el de los autos eléctricos, que creció 29,2%, y el de los smartphones, que se expandió un 16,7% en el mismo período.

Sin embargo, los analistas señalan que China expande su producción principalmente en el ámbito de los que se consideran chips “legacy”. Es decir, aquellos diseños probados que ya tienen años en el mercado y que, si bien son todavía útiles y efectivos, no representan la vanguardia tecnológica.

Al respecto, se espera que la porción de mercado global de China en el ámbito de los microchips de tecnología madura alcance el 39% en 2027, desde el 31% que logró el año pasado, según datos difundidos recientemente por la consultora taiwanesa TrendForce.

Fabricación: dura pelea por la tecnología de punta

Las recientes medidas de China son una respuesta a las restricciones que Estados Unidos impone a la importación de los complejos equipos de alta tecnología que se necesitan para fabricar los chips más eficientes de la actualidad.

Debido a eso, Beijing se encuentra todavía a la zaga en la carrera de la miniaturización: mientras empresas como TSMCIntel y Samsung ya fabrican en semiconductores de 3 nanómetros (en sus partes más pequeñas), la china SMIC recién comenzará a producir en un proceso de 5 nm.

Se estima que China continental está entre 4 y 5 años por detrás de EE.UU. en los procesos de fabricación, pero esa es una brecha que se viene achicando de manera acelerada: era de 10 años en 2020.

Por otra parte, a partir de octubre de 2022, la administración Biden decidió imponer restricciones a la exportación de chips avanzados para la aceleración de inteligencia artificial hacia el país liderado por Xi Jinping. Esto trabó los negocios de empresas norteamericanas como Nvidia, que se vio forzada a realizar diseños especiales, de menor rendimiento, para ser enviados a China.

El factor de la inteligencia artificial, que es otra carrera en la que ninguna potencia quiere quedar relegada, es otro incentivo para que el gigante asiático apure sus planes de desarrollo de toda clase de procesadores. En 2019, el país producía solo el 30% de los chips que necesitaba, pero apunta a fabricar el 70% para el año 2025.

Fuente: cronista

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