El arzobispo está esperanzado en poder celebrarla. Luego de más de un año se pudo acudir a la entronización de las imágenes.
Luego de un año atípico en el que la celebración se hizo a puertas cerradas, ayer por la tarde en la Catedral los fieles pudieron darle la bienvenida a los patronos de Salta y se entronizaron las imágenes del Señor y al Virgen del Milagro. El poder recibirlas de manera presencial reavivó las esperanzas entre los fieles que esperan que este año se pueda realizar la procesión.
Con mucha menos gente que en otras oportunidades, con fieles que ocupaban casi la mitad de la plaza y cubiertos con una cálida resolana, a las 17.30 arrancó la típica ceremonia que luego de más de 300 años fue interrumpida. Con pañuelos de tela, de papel o solo con las manos, los fieles, la mayoría acompañados por familiares, saludaron a las imágenes emocionados. “Lo vivo como un encuentro”, aseguró Ortensia Robles, que le contó a El Tribuno que esperaba ilusionada desde hace una semana. El año pasado no pudo asistir a la ceremonia por la pandemia. “Le pido salud, trabajo y pan para todos”, aseguró conmovida la mujer que espera de “todo corazón” que la procesión este año se celebre. “Hay que ver qué dicen los gobernantes”, agregó.
Luego del himno al Señor del Milagro y con las campanas repicando, el grito espontáneo de una fiel: “Viva el señor del Milagro” hizo sobrevenir los aplausos que invadieron la plaza. Los turistas aprovecharon para sacar fotos y ver de cerca la tradición que comparten muchas familias. “Vengo desde chico”, contó entre lágrimas Pedro Martínez, quien llegó desde temprano y lloró al ver las imágenes. “Mis padres me enseñaron a venir. Espero siempre este momento. Yo me largo a llorar todos los años, tengo una gran emoción al verlos”, reconoció el albañil, que este año le pidió a sus patronos que le cuide la familia y que “todo el mundo tenga trabajo”. El creyente advirtió que hay menos gente que antes, pero aprovechó para destacar que la virtualidad permite seguir las celebraciones del Milagro “desde donde se esté”. Consultado, el trabajador aseguró tener fe que se haga la procesión.
Las mismas esperanzas tiene el arzobispo Mario Cargnello, quien indicó que “ojalá este año podamos hacer la procesión”. La cabeza de la Iglesia local brindó una homilía centrada principalmente en la pandemia y resaltó la fatiga que se vive en esta etapa: “Se hace ya larga la espera de un final”, advirtió Cargnello, que aprovechó para agradecer a las personas que “arriesgan su vida”.
Además, el arzobispo interpretó el contexto actual e indicó que hay “una amenaza de muerte” y resaltó que ya van más de 103 mil fallecidos en el país: “Va quedando mucho dolor, gente que quedó mal de la enfermedad, temores, familias que sufrieron y siguen sufriendo”, lamentó. Aunque también invitó a recordar que “la fuerza nos viene del Señor” de quien, indicó, hay que a”prender buscando nuestro rostro en el de él” y pidió tener mayor empatía con “el hermano”.
Si bien también nombró el respeto por “la vida desde la concepción”, evitó enfrentamientos políticos directos y pidió que los cristianos se involucren más. “Tenemos más razones y más fuerza para hacerlo, debemos ayudar a tender puentes en la vida social de nuestro país y la provincia”, recalcó el religioso.
Dentro de las intenciones de la misa, se pidió no solo por las víctimas de la pandemia, sino también por las mujeres víctimas de violencia de género, “para que sean escuchadas y comprendidas”.
Fuente: ElTribuno