El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, estimó que es el “gobierno de Marruecos” es el que debe pronunciarse sobre el tema de los derechos humanos en el drama de Melilla, que se saldó con la muerte de unos 23 migrantes el 24 de junio.
Preguntado en una entrevista con el diario El País sobre las imágenes de la tragedia y sobre el “respeto de los derechos humanos en una situación de ese tipo”, Sánchez dijo que “esa respuesta la tiene que dar el gobierno de Marruecos”.
“Nosotros tenemos que hablar de lo que estamos haciendo en España”, agregó Sánchez.
Dijo también que “tenemos que reconocer el esfuerzo que está haciendo Marruecos, que también está sufriendo la presión de la migración irregular por defender, en este caso, las fronteras que no son suyas, que son las fronteras de España”.
“España y Europa tienen que ser solidarias también con Marruecos”, urgió.
El masivo intento de unos 2.000 migrantes de ingresar por la fuerza al enclave español de Melilla en el norte de África, desde territorio marroquí, dejó unos 23 migrantes muertos.
Imágenes difundidas varias horas después sacaron a la luz actos brutales, con cuerpos esparcidos por el suelo en charcos de sangre, con las fuerzas de seguridad marroquíes pateando y golpeando a gente, y la Guardia Civil española lanzando gas lacrimógeno a hombres aferrados a las vallas, según la ONG Human Rights Watch (HRW).
En tanto, oenegés estiman el balance de fallecidos en al menos 37 muertos.
Todavía no se conoce oficialmente el número exacto de víctimas de la tragedia, y por el momento las autoridades hablan de “treinta” muertos, la cifra más alta jamás registrada en las fronteras entre Marruecos y Ceuta y Melilla.
La tragedia provocó la indignación internacional y la apertura de dos investigaciones en España y una misión de investigación en Marruecos.