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Fue millonario, se convirtió en una de las máximas leyendas de Wall Street, pero perdió su fortuna y tomó la peor decisión

Un reconocido personaje de la bolsa de valores que hizo fortunas impresionantes pero también enfrento las más grandes pérdidas

Se trata de Jesse Livermore, quien fue una leyenda en Wall Street. Gracias al mercado de valores logró ganar millones de dólares, pero también enfrentó grandes pérdidas, dejando valiosas lecciones a todos los interesados en la inversión financiera. Su vida está caracterizada por la intensidad, con altibajos, vivió escenarios completamente extremos.

Tanto sus aciertos como los errores son lecciones ejemplares para todo aquel que quiera aprender a invertir en la bolsa. Altos, bajos y manejo de riesgos, analizando desde otra perspectiva sus acciones, es mucho lo que se puede entender de este fenómeno de las finanzas.

Cómo fueron los inicios de Jesse Livermore

Nació el 26 de julio de 1877 en Shrewburry, Massachussets. Desde muy chico, demostró tener una gran aptitud para las matemáticas y los números en general. Dejó la escuela a los 14 años para trabajar como Board Boy (Pizarrero). Sus padres eran granjeros, Hiram y Ann Livermore trabajaban duro para mantener a la familia.

Fue su madre la que vio en él un futuro diferente al del trabajo en el campo. Apenas a los 14 años decidieron enviarlo a trabajar en el sector financiero, abandonando la escuela. Así empezó a forjarse como la leyenda del trading. Empezó en la firma Paine Webber, su trabajo era simplemente actualizar los precios de las acciones en una pizarra para que los accionistas pudieran seguir las variaciones.

En ese momento, comenzó a observar los patrones de subidas y bajadas de las acciones, aprendiendo de manera autodidacta el comportamiento del mercado. A los 15 años, con 5 dólares realizó su primera operación. Su resultado le permitió triplicar su dinero. Esto lo llevó a seguir su intuición y continuar operando.

A veces ganando, y otras perdiéndolo todo, su vida se transformó en una montaña rusa financiera. En 1901 ocurrió una de sus primeras operaciones millonarias. Notó la tendencia alcista en el sector del algodón y decidió invertir más capital del que venía poniendo anteriormente. La jugada fue un éxito, el precio del algodón se disparó y obtuvo una ganancia de 10.000 dólares.

Posteriormente, en 1906 ocurrió una tragedia, el terremoto de San Francisco, que originó un desplome total de los precios. Ahí vio otra oportunidad. Utilizando el método de short selling (venta en corto), vendió acciones que no tenía con la esperanza de comprarlas cuando cayeran aún más. Se arriesgó, pero fue redituable. Los precios siguieron a la baja y obtuvo una ganancia significativa. Aproximadamente 250.000 dólares.

Al año siguiente utilizó una estrategia similar. Al ver que las acciones estaban con sobreprecios y la corrección era inminente, volvió a hacer el short selling y volvió a ganar. Esta vez, ganó alrededor de 3 millones de dólares.

La crisis del 29 y los grandes éxitos de Livermore

En el año 1929 ocurrió la crisis financiera más grande del siglo XX, mientras la mayoría de los inversores perdía absolutamente todo, el experimentado Jesse Livermore seguía demostrando cómo, con su larga experiencia, ésta era otra oportunidad para ganar una fortuna. Antes del colapso, lo vio venir, y decidió vender en corto un montón de acciones, y el martes negro le generó alrededor de 100 millones de dólares gracias a su intuición.

En ese momento, se colocó como uno de los hombres más ricos del mundo. Pero así como tuvo la visión para ganar, de la nada, más de 100 millones de dólares, se dejó llevar por una vida de lujos banales que terminaron poniendo fin a la abundancia y llevándolo a la ruina.

Cómo perdió toda su fortuna Jesse Livermore

Entre la compra de propiedades lujosas, Rolls Royce, yates de tamaño extra grande, para 1934 tenía activos por 84.000 dólares, pero también deudas. Esas deudas sumaban 2.5 millones de dólares. Ese mismo año fue suspendido del Chicago Board of Trade. Estos errores demostraron cómo a pesar de tener la visión para el trading, el derroche financiero lo terminó haciendo perder todo lo que había logrado.

Tras organizar fiestas ostentosas y darse todos los gustos posibles, por más extravagantes que fueran, terminó gastando cada centavo que había ganado e incluso tomando deudas millonarias, que complicaron su vida.

Su trágico final

Sus últimos días estuvieron marcados por la tristeza y la desesperación. Se encontraba sin dinero y con problemas emocionales, agobiado y decepcionado por sus fracasos recientes. En noviembre de 1940 se registró en el hotel Sherry-Netherland en Nueva York.

Fue ahí, donde el 28 de noviembre de 1940 decidió acabar con su vida. Dejó una nota a su esposa explicándole su sentir y se disparó en la cabeza, muriendo en el acto.

Fuente: ambito

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