El sector asalariado formal perdió casi 100 mil puestos de trabajo en los primeros cuatro meses del año, según las últimas estadísticas publicadas por la Secretaría de Trabajo de la Nación, y de acuerdo con una encuesta de una consultora privada, la mitad de las desvinculaciones fueron motivadas por la necesidad de reducir costos.
El informe de Bumeran reveló que 65% de los especialistas en recursos humanos reportó haber dispuesto despidos en lo que va del año.
¿Qué porcentaje de talentos fueron despedidos? El 34% de los expertos dijo haber cesanteado a menos del 10% de la planta de personal; mientras que 50% respondió entre 10% y 30% de la nómina.
En cuanto a las razones que motivaron las desvinculaciones, 54% mencionó la reducción de costos; 40% citó el desempeño insuficiente. además, -en respuestas múltiples- 35% dijo el efecto de la larga recesión.
Según Daniel Garro, economista y director de la consultora Value International Group, “es una realidad que la urgencia por reducir costos ha llevado a muchas empresas a reducir su plantilla de personal”.
Y agregó: “Las empresas están muy urgidas de reducir costos, por lo que es natural que estén reduciendo su planta de personal. No hay que olvidar que el ‘plan platita’, junto con las políticas del gobierno anterior, llevó a muchas empresas a ampliar sus plantillas. Esto fue lo que contribuyó a que la tasa de desempleo bajara durante el gobierno de Alberto Fernández”.
Sin embargo, Garro advirtió que esta aparente reducción del desempleo fue una ficción, basada en emisión monetaria y gasto público excesivo. “Cuando se sinceran los precios y hay una reestructuración de precios relativos, como la que estamos viendo ahora en los servicios públicos, no se pueden hacer muchas bajas de costos”, explicó.
La principal razón detrás del aumento del desempleo en el sector privado es la necesidad de reducir costos laborales. “Si el empleo no tuviera el costo que tiene hoy, otra sería la historia. En la medida que no bajen los costos laborales, lamentablemente, el desempleo va a seguir. Tiene que haber flexibilidad en materia salarial también. Si los sueldos continúan siguiendo a la inflación en vez de a la productividad, vamos mal”, analizó el especialista.
Garro destaca que la baja productividad es un factor clave que contribuye a los altos costos. “Hoy, en este contexto, con baja productividad, no queda otra que reducir costos por el lado de la planta de personal”, dice.
José Vargas, director de la consultora Evaluecon, coincidió en que durante la primera parte del año, especialmente en el primer trimestre, la caída del empleo formal ha sido importante. “Esto se debe a que cerramos el año pasado con niveles de inflación altos, una devaluación fuerte y un ajuste considerable de las cuentas públicas. Todo esto llevó a una gran caída de la actividad económica y la pérdida del poder adquisitivo. En este contexto, muchas empresas intentaron bajar sus costos para mantenerse en el mercado”, subrayó.
Vargas contó que uno de los costos más significativos para las empresas es el laboral. “Por eso comenzaron a ajustar por ese lado. A principios de año, vimos cómo la industria comenzó a suspender personal primero y luego a despedir personal”, apuntó.
Las pymes sostienen a sus trabajadores
La pérdida de puestos de trabajo es una realidad, sobre todo en sectores que se encuentran en una profunda crisis, como al industria y la construcción, pero los referentes del sector empresario aclararon que son las medianas y grandes empresas las que están achicando costos despidiendo personal. Las micro y pequeñas compañías, por el contrario, están haciendo todo lo posible para retener a la mano de obra.
“Con los sectores que representamos nosotros, se da una situación diferente. Las micro y pequeñas se están reacomodando, no están despidiendo. Donde hay mucho despido es en la construcción. A la vez tienen un formato que les permiten suspensiones y altas y bajas más grandes”, explicó Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
“En el sector de comercio y servicios, a pesar de que vivimos una situación muy complicada, estamos aguantando los equipos, especialmente en las empresas que tienen de uno a quince empleados. En las grandes empresas sí se está dando la reducción en el personal”, remarcó.
Se mostró de acuerdo Fabián Castillo, presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), quien coincidió en que las empresas de menor tamaño están sosteniendo sus plantas de personal, pese a que se encuentran en una situación crítica.
“Venimos de varias situaciones. El año pasado, por ejemplo, no teníamos precios de referencia, porque había un gran porcentaje de productos importados que no estaban ingresando y al no haber mercadería, no se sabía a cuánto había que vender. Eso generó una inestabilidad en el tema de los costos y muchos aumentaron para cubrirse”, contó Castillo.
“Después de eso empezó el problema de la aceleración de la inflación y la dificultad para ir llevando los aumentos de servicios, incluidos los alquileres. A eso se le debe sumar la ley nefasta de alquileres, que hizo un desastre”.
Donde hay mucho despido es en la construcción (González)
“En los meses posteriores la inflación empezó a desacelerar, pero el consumo siguió cayendo. En este contexto, lo que hicieron las pymes fue aplicar suspensiones, pero no despedir personal”, observó Castillo.
“Para las micro y pequeñas empresas, la última unidad de ajuste es el empleado. Uno busca una mejor performance en otras acciones. Somos cuasifamiliares los que estamos dentro de un negocio. Hasta emocionalmente es difícil. Pasan muchas cosas que en las grandes empresas no ocurren”, insistió Alfredo González.
“Sí ha habido mucho paso a la informalidad”, reconoció el presidente de CAME. “Se está viendo muchísimo en las microempresas. Arriba del 45% de la microeconomía argentina está dentro de la informalidad. Eso se ve también en las grandes”, agregó el dirigente empresario.
¿Se pueden recuperar los empleos?
El sistema laboral argentino, según Daniel Garro, presenta desafíos significativos que impiden una recuperación rápida del empleo. “Con el sistema laboral argentino vigente en este momento, y encima con un DNU 70 rechazado por la Justicia en la parte laboral, no se puede avanzar”, argumentó. “La única forma de que se recuperen es que el mercado laboral se vuelva sumamente flexible y bajen los costos laborales. No veo que eso vaya a ocurrir en el corto plazo”, agregó.
La única mejora potencial provendrá de las inversiones (Garro)
Para el experto, la única mejora potencial provendrá de las inversiones. “Es por eso que Milei metió el RIGI en la segunda Ley Bases y no estaba en la primera. Él apuntaba a que entraran todas las reformas laborales para evitar estas situaciones, porque la recuperación de la actividad económica siempre tarda. El mayor consumo tiene que venir porque primero hubo inversiones, y eso lleva tiempo. Si no, volvemos a lo mismo de siempre, como el plan platita”, cuestionó el economista.
Ante la falta de reformas laborales, el RIGI fue introducido, pero Garro advierte que esto no tendrá un impacto inmediato. “Las empresas ajustan la planta y no otra cosa porque ya no tienen dónde más bajar costos. Hay una alta presión de costos exógenos relacionados con el Estado, como los impuestos directos e indirectos. Además, se están sincerando los precios relativos, lo que significa que, para producir la misma cantidad que antes, se paga más por insumos como el gas. Entonces, ya no hay más dónde ajustar y no queda más remedio que reducir la planta de personal”, analizó el especialista.
Garro subrayó, además, que el costo de mantener empleados es elevado en términos impositivos, lo que añade una carga adicional a las empresas.
Tampoco Vargas ve posibilidades de que el empleo se recupere en los próximos meses. “No creo que el empleo que quedó fuera del mercado laboral pueda recuperar rápidamente los niveles previos a la situación del primer trimestre”, comentó.
Fuente. Infobae