Ciencia

Agua, el líquido más extraño del mundo

¡Agua! Nos la bebemos, la servimos, la desperdiciamos. El 70% de nuestros cuerpos son agua. El 70% de la superficie de la tierra está cubierta de agua. Una parte demasiado grande está inundada. No la suficiente está seca. Nos quejamos cuando llueve, pero sin ella estamos perdidos. Es el líquido más extraño del mundo, porque no obedece a las reglas normales de la física.

El agua rompe todas las reglas. Es el único líquido que se expande cuando se congela. Por eso el hielo flota en tus bebidas. De hecho, ¡el agua caliente se puede congelar más rápido que el agua fría! ¿Cómo es posible? Se conoce como el efecto Mpemba, tras el descubrimiento por parte de un estudiante sudafricano de que la mezcla de helado caliente  se congelaba antes que la fría. ¡Increíble!

De hecho, el agua no debería ser un líquido si siguiese la lógica de otros líquidos, sino que sería un gas. Pero hay algo único en su química. Como bien sabemos, la molécula de agua es H2O: dos átomos de hidrógeno conectados a uno de oxígeno. Y es la capacidad del hidrógeno de enlazar una molécula de agua con otra lo que le da cualidades únicas. El agua es pegajosa, las moléculas se pegan unas a otras. Esto le permite al agua moverse por los espacios más pequeños, a menudo desafiando las leyes de la gravedad (piensa en cómo las plantas absorben agua del suelo).

La fuerza de los enlaces de hidrógeno entre moléculas de agua explica porqué se presenta en forma líquida en la Tierra. Se requiere más energía de la normal para romper esos enlaces. El agua hierve a 100ºC, punto en el que se convierte en vapor.

Un bien global (y finito)

Somos un mundo muy sediento. Sin embargo, el consumo del agua por persona varía enormemente. Como cabría esperar, el ciudadano estadounidense medio es el más derrochador, con alrededor de 550 litros por día. En España consumimos unos 300 litros al día, que es el doble de la cantidad usada por persona en el Reino Unido. Compara estas estadísticas con las de países africanos, donde la gente tiene menos de 20 litros al día. Quizás este dato no sea tan sorprendente teniendo en cuenta que muchos africanos aún tienen que ir a buscar y cargar con cada gota de agua que consumen.

Qatar no dispone de recursos hídricos naturales y depende al 100% de la desalinización para proveer a una población de 1.7 millones de personas. Es un país muy rico en petróleo, lo que le ha permitido desarrollar tecnologías avanzadas para solucionar su problema de abastecimiento de agua. Sin embargo, una de cada nueve personas en el mundo no tiene acceso a agua potable, la mitad de los hospitales del mundo están llenos de gente que sufre de enfermedades relacionadas con el agua y menos de una de cada tres personas del África Subsahariana tiene acceso a un retrete en condiciones.

Nos enfrentamos a un problema global de escasez de agua. La Organización Mundial de la Salud estima que por cada euro invertido en agua e higiene hay un retorno de entre 3 y 34€. Erradicar la pobreza en agua sería una de las maneras más efectivas de mejorar las condiciones de vida en los países en vías de desarrollo.

Los pozos, diques y sistemas de recogida de agua de lluvia suponen un recurso fiable para obtener agua potable. La instalación de sanitarios y la formación en higiene pueden ayudar a multiplicar este impacto. De esta manera las comunidades estarían mejor capacitadas para crecer por sí mismas y salir así de la pobreza. Para descubrir más sobre cómo invertir en soluciones para paliar la pobreza puedes visitar “The Water Project”, una organización benéfica dedicada a encontrar soluciones en el África Subsahariana.

Así que cuando hoy te laves los dientes, te duches o símplemente te tomes un refrescante vaso de agua fría recuerda lo especial que es este líquido y lo preciado que es.

Fuente: apdperu.org

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