La velocidad del tiempo es una percepción puramente subjetiva. ¿Cómo podemos explicar esto? El físico Albert Einstein, descubridor del espacio-tiempo, señaló lo siguiente: “Una hora sentados con una hermosa joven en el banco de un parque se nos pasa como un minuto, pero un minuto sentados sobre una estufa caliente nos parece una hora. Eso es la relatividad”. ¿Has vivido alguna de estas situaciones? ¿Cómo percibiste el paso del tiempo? Literalmente, nuestro cerebro crea el tiempo a medida que avanzamos por él, estimando su paso mediante la percepción de las distintas señales que recibe. El tiempo resulta detectable por medio de los cambios del entorno, es por ello que la velocidad del tiempo una percepción puramente subjetiva, en función de los estímulos que nuestro cerebro tome como relevantes, y las emociones, sensaciones físicas y pensamientos que genere, lo viviremos como más lento o más deprisa.
¿Cómo percibimos el paso del tiempo?
Si hay algo común a todas las personas es que el tiempo pasa para todos y a la misma velocidad. Sin embargo, también es cierto que la manera en la que cada uno percibe este paso del tiempo es totalmente distinta y depende de diversos factores. Durante el confinamiento, por ejemplo, el tiempo no habrá pasado de la misma forma para aquellos que han teletrabajado en sus hogares y se han ocupado de la educación de sus hijos que para quienes han sufrido un un despido de su empleo, para los que han padecido el coronavirus en soledad o los que han estado con el alma en vilo por un familiar enfermo. Para los primeros, probablemente, el tiempo habrá pasado volando, para los segundos, por el contrario, se habrá hecho eterno.
La edad y el paso del tiempo
En el caso de los niños muchas de las funciones cognitivas relacionadas con las funciones ejecutivas como la organización, la toma de decisiones o la planificación de actividades en función del reloj no están estandarizadas, por lo tanto, el paso del tiempo se produce más lentamente que en adultos. Pero también hay factores externos, las propias experiencias o vivencias influyen en la percepción del tiempo. Para los niños, por ejemplo, muchas experiencias que viven son realizadas por primera vez y cuando estamos realizando algo por primera vez prestamos mucha más atención a ese acontecimiento o hecho.
Emociones y percepción del tiempo
¿Sabías que la percepción del tiempo varía según la emoción que estemos sintiendo? Nuestras emociones, sobre todo las intensas como el miedo y la ansiedad, pueden contribuir a “deformarnos” la percepción del tiempo. Por ejemplo, cuando sentimos que estamos en peligro, el tiempo parece detenerse por completo. Las emociones alteran la percepción temporal más que cualquier otro factor; ese es su trabajo, son señales químicas que influyen en nuestro comportamiento. Aumenta durante un festejo o celebración o en un momento de ternura con un hijo o un ser querido. En dichas ocasiones transcurre tan rápido que nos gustaría retenerlo, convertir esos instantes en eternos. En cambio, en situaciones desagradables, como una discusión con un amigo o cuando sufrimos, el tiempo parece dilatarse, incluso paralizarse. El tiempo se percibe más despacio cuando sentimos miedo, tristeza o aburrimiento, mientras que la sensación de felicidad, lo acelera. Sin embargo, para la salud psicológica, es igual de perjudicial que el tiempo siempre parezca ir demasiado rápido. Tal vez, vivas en un universo acelerado porque, para alejarte del aburrimiento, operes en múltiples canales (hablando, desplazándote, enviando mensajes de whatsapp, etc.). Pero si la vida transcurre como una secuencia veloz de imágenes vislumbradas como un tren sin freno, ¿Cómo generará recuerdos que la hagan significativa?
¿Cómo manejar la percepción del tiempo?
¿Quién dice que los tiempos felices tengan que irse en un abrir y cerrar de ojos? ¿Qué podríamos hacer para que nuestra percepción sea más consciente de esos momentos? Toma distancia durante un momento feliz, date unos instantes para reflexionar sobre su significado y observa lo qué sucede en esa situación. Verás que además de lograr que el tiempo fuera más despacio, podrás saborearlo mejor, y verás que esas percepciones durarán en tu memoria por mucho más tiempo. ¿Qué revela que el tiempo parezca transcurrir demasiado lento o inquietantemente rápido? ¿Es un factor relacionado con tu organismo? ¿Está en relación a la última vez que comiste, hiciste ejercicio o dormiste? Si el tiempo se percibe demasiado lento, ¿Esa lentitud del tiempo dice algo de nuestro estado mental? ¿Qué pensamientos, emociones, sensaciones corporales tenés en este momento? Si dejaras ir a esos pensamientos como nubes en el cielo que se mueven con el viento… ¿Tu percepción del tiempo cambia? ¿Cambiar la hora de una actividad determinada, haría que resultara más fácil de hacer? ¿Sentirías que el tiempo transcurre a otro ritmo? ¿Qué más podría hacer para vivir el tiempo con mayor bienestar? Las licenciadas Cecilia Veiga y Vanina Teti, co-creamos The Wellness Plan, un sitio sobre bienestar y calidad de vida. En su instagram podrás encontrar contenido sobre cómo acercarnos a la vida que queremos vivir, talleres, charlas y material descargable gratuito! Te invitamos a conocer The Wellness Plan haciendo clic acá!